Cada caso es diferente y requiere ser individualizado, sin embargo, se aconseja:

●  No mantener lactancia materna durante la terapia con algunos de los tratamientos debido al riesgo sobre el lactante por los efectos adversos de la medicación. Sin embargo, se ha identificado que el tratamiento con Interferón Beta o Acetato de Glatiramer pueden ser compatibles con la lactancia. Se debe consultar con el médico tratante.

●  Existen muchos Tratamientos Modificadores de la Enfermedad (TME) con muy baja probabilidad de alcanzar la leche materna y otros, que a pesar de atravesar la membrana, no son perjudiciales para el bebé, por lo que el cese absoluto de la lactancia materna no siempre será necesario.

●  Si se está en tratamiento con un fármaco no compatible con la lactancia, puede optar por la lactancia artificial para iniciar o reiniciar precozmente el tratamiento tras el parto.

●  Si no se han tenido brotes antes del parto, se puede dar lactancia materna exclusiva durante los 2 a 3 primeros meses posparto, lo cual se relaciona a su vez con menor presentación de brotes.

● Si son formas muy activas de la enfermedad se debe iniciar tratamiento precoz y lactancia artificial.

●  Es de vital importancia el suplemento de vitamina D durante el embarazo y en el posparto, ya que esta vitamina puede desempeñar un papel como inmunomodulador en el sistema nervioso, neuroprotector y participar en la mielinización de las neuronas. La lactancia y el embarazo aumentan el riesgo de deficiencia de vitamina D en los pacientes con esclerosis múltiple.1

●  Los corticoides presentan un riesgo durante el embarazo. Se recomienda evitarlos en el primer trimestre, ya que existe una relación entre malformaciones fetales como el paladar hendido y su uso en este periodo.

 


1 Sánchez YP, Prieto LV. Atención a la mujer con Esclerosis Múltiple en el embarazo, parto y puerperio [Internet]. Huvv.es. [citado el 20 de marzo de 2023]. Disponible en: https://www.huvv.es/sites/default/files/revistas/ED-103-11.pdf

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